miércoles, 26 de abril de 2017

Lluís Llach, antes de Ítaca...

Hoy Lluís Llach está en todos los titulares, y la ha liado parda en las redes sociales... me apetece contar una breve y no demasiado intensa relación que tuvimos, hace ya muchos, muchos años...

El mismo día en que entré en la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Barcelona, tuve varias "premières": conocí unos amigos que me han ido durando a lo largo de toda la vida -alguno, por desgracia, ya no está...-, asistí a mi primera asamblea -aunque no recuerdo que hablase; luego hablaba en todas-, participé en mi primera manifestación, y me afilié al ilegal Sindicato Democrático de Estudiantes de la Universidad de Barcelona, el SDEUB.

Alguna vez he dicho que fui miembro del Consejo de Curso del SDEUB: no me arrepiento de la ligera incorrección, porque todo el mundo maquilla un poco su currículum: en realidad, el Primer Curso de la Facultad reunía unos 400 alumnos -ojo, 400 alumnos en la única Facultad de Ciencias Económicas en 300 km. a la redonda; una de nuestras quejas más frecuentes era contra la "Masificación" de la Universidad...- y eso obligaba a dividirnos en dos grupos; de la A a la M, un grupo; de la M a la Z, otro: cada "Grupo" tenía su Consejo del SDEUB; yo me presenté al de mi Grupo, y salí elegido, con un vago perfil de falangista de izquierdas: podréis opinar lo que queráis, pero os aseguro que mi empanada mental no desentonaba demasiado en el panorama general; tampoco importa el hecho de que, me parece recordar, éramos tantos candidatos como cargos a elegir; es igual, muchos compañeros me votaron, y procuré siempre hacer honor a la confianza que en mí depositaron: de todas maneras, fueron las última elecciones del SDEUB, por lo que supongo que aún sigo en funciones...

Reunidos los dos Consejos de Grupo, debíamos elegir de entre nosotros a los miembros del Consejo de Curso: era el momento de buscar alianzas... se me ofreció un compañero gallego, bajito y con gafas, más listo que los ratones colorados; presumía de vagas simpatías trotskistas; en aquel momento, había dos partidos trotskistas funcionando. O tres, con los troskos nunca te aclarabas...- quedamos en votarnos mutuamente: yo cumplí a rajatabla, y salió elegido; él no me votó y, como es lógico, yo no salí... esa putadita -que luego reconoció- no empañó nuestra amistad, que duró, más o menos, hasta que, años después, pasó a desempeñar funciones de muy alta responsabilidad en la Patronal catalana: cuando nos encontrábamos en la calle, yo iniciaba un amistoso saludo... él me esquivaba, alegando siempre prisas... os juro que no tenía intención de comentar su deriva ideológica, sólo quería hacer unas risas... ahora que lo pienso, quizás estaba haciendo "entrismo" en el Foment del Treball, los troskos eran mucho de eso, un topo revolucionario socavando los cimientos del Templo de la Reacción, a saber...

Quién si resultó elegido para el Consejo de Curso fue un compañero del otro Grupo, del que todo el mundo hablaba, porque ya empezaba a cantar y ser famosillo, en el sumamente reducido mundo de quienes nos interesábamos por esas cosas; no recuerdo haber cruzado una palabra con él, más que nada, por falta de ocasión; oí alguna de sus canciones, y no me desagradaron, aunque prefería a Raimon, y lo sigo prefiriendo, ahí hay una trayectoria musical, política y cívica como una casa de pages... era por supuesto, un chico de comarcas llamado Lluís Llach.

El SDEUB atravesaba aguas tumultuosas; según la leyenda, el Rector de la Universidad, el inolvidable Doctor García Valdecasas había convocado a su despacho a todos los Delegados de Facultad: cuando los tuvo allí, les comunicó que, a la salida, serían detenidos por agentes de la Brigada Social; bien mirado, les hizo un favor a todos; a los policías, porque les ahorró el tedioso recorrido, de madrugada, casa por casa, y a los delegados, porque les pilló vestidos, y no en pijama, aunque dudo de que se hubiesen llevado al Rectorado el preceptivo cepillo de dientes.

Entre ellos, cayó mi Delegado de Facultad, Marçal Tarragó: varios años mayor que yo, el que luego sería prestigioso urbanista era también Antiguo Alumno de la Escola del Mar, y, además, Jefe de mi "Color", algún día os explicaré como funcionaba eso: como tal, en cuanto me reconoció en la Facultad, había ejercido sobre mí un discreto papel de protector y consejero, que nunca le agradeceré bastante... estábamos descabezados, y, además, llovía sobre mojado, porque también su antecesor, el hoy conocido periodista Andreu Claret, había sido en su momento detenido y expedientado; el cargo de Delegado de Facultad del SDEUB era tan letal, o más, que el de piloto de pruebas de reactores supersónicos...

Con el entusiasmo que podéis imaginar, nos reunimos todos los delegados de la Facultad, con el propósito de elegir no un Delegado de Facultad, sino una futura víctima de la represión franquista: y allí surgió la propuesta de elegir para el cargo al único que ya gozaba de una cierta notoriedad pública...Lluís declinó el honor: se debía a su incipiente carrera artística... no seré yo quien lo critique por eso...

Ante el vacío, se levantó un compañero, con el que si tenía yo bastante relación.... "Mis padres viven en Francia -fue su discurso electoral- y ya tenía pensado irme yo a estudiar allí; elegidme y, cuando salga en libertad condicional, me iré a Francia, y se acabó el problema..."

Lo elegimos por aclamación... y, como podríais suponer, nunca fue detenido, esas cosas siempre van así...

Reconozco que algunas cosas de Llach me gustaron bastante, no así "L'Estaca", que nunca me ha emocionado, y mira que la habré oído veces... Pero estaba Paco Ibáñez, luego vino Labordeta, un amor a primer oído, y mis caminos y los de la Nova Cançó, que ya no era tan nova, empezaron a separarse... no me gustaron las groseras chanzas de Boadella sobre su orientación sexual, que respeto plenamente, aunque me reí por debajo del bigote con las críticas de Marsé... hoy, cuando lo veo amenazando a mis compañeros funcionarios de la Generalitat que no expresen una clara veneración por el "prusés" y no acaten las leyes que se van a sacar, ilegítimamente, de la punta del gorrito, una mayoría parlamentaria insuficiente para nombrar un Síndic de Greuges, pienso que el Senegal se está perdiendo un ciudadano de cierto interés, y, en el fondo, me alegro de que no me diese la ocasión de aclamarlo como Delegado de Facultad...

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